El Papa Francisco en Sri Lanka-Caleidoscopio asiático, por el cardenal Malcolm Ranjith, arzobispo de Colombo
En Asia, y especialmente en Sri Lanka, damos gracias a Dios por el doble don que eligió darnos: la visita del sucesor de Pedro y la canonización del beato José Vaz.
La decisión del Papa Francisco de visitar Sri Lanka maduró a lo largo de un año. Le hice la invitación la tarde misma de la elección, el 13 de marzo de 2013. Él se mostró entusiastamente abierto a la idea. Deseaba manifestar de modo concreto la amorosa cercanía de Dios al pequeño rebaño de este gran continente. Esto indicaba cómo su corazón de pastor estuviese abierto para abrazar a todos, incluso a la gente de nuestra minúscula isla.
Expliqué al Pontífice que Sri Lanka sería para él un sitio ideal para tener una visión caleidoscópica de Asia, con sus numerosas convicciones religiosas, y del mundo en el cual el pequeño rebaño del Señor vive y profesa la fe en medio de un mar de no cristianos. Y esto lo atrajo, porque el Papa Francisco ha sido siempre un apasionado defensor de la armonía entre las religiones y de la unidad. Además, el continente, con más de dos tercios de la población mundial y apenas el 2,6 por ciento de cristianos, podía ser una interesante y nueva fuente de enriquecimiento para la Iglesia.
La visita podría aumentar el interés de ambas partes —la Iglesia y el continente— a aprender uno del otro y a apreciarse mutuamente. Y aquí, uno de los testimonios más fuertes, desde el punto de vista pedagógico, es el de José Vaz. Su vida fue un ejemplo de humilde testimonio del lenguaje intensamente transformador del amor, manifestado en el Evangelio. Reflejó el poder del amor misericordioso de Dios, que nacía de las raíces de su alma.
Malcolm Ranjith, cardenal arzobispo de Colombo

Añadir comentario