El Papa Francisco en San Pablo Extramuros; saudo del cardenal arcipreste
Saludo al Santo Padre del Cardenal James Harvey, Arcipreste de la Basílica Papal de San Pablo Extramuros:
Beatísimo Padre: Pedro y Pablo: “son los Santos Apóstoles que en la vida terrenal han fecundado con su sangre a la Iglesia: han bebido el cáliz del Señor y se convirtieron en los amigos de Dios”.
Así se expresa la Iglesia Universal en la Solemnidad litúrgica de los Santos Pedro y Pablo, y hoy todos nosotros reunidos en esta espléndida Basílica Papal unimos nuestras voces en un himno de alabanza a Dios Omnipotente y misericordioso, mientras el Sucesor de Pedro visita y venera la tumba de San Pablo.
Todos los componentes de la realidad, que es la Basílica de San Pablo Extramuros, se alegran al acoger al nuevo Obispo de Roma en este momento solemne.
Quien le habla, junto a todo el personal que en ella trabaja, le da su bienvenida con sus más vivos y sentidos deseos. A estos sentimientos se asocian los dos eminentísimos arciprestes eméritos de la Basílica y el Reverendo Padre Abad, con la comunidad Monástica Benedictina de la antigua homónima Abadía, con las Religiosas Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús que la atienden. También lo saludan el Pontificio Oratorio de San Pablo, regido por los Padres Josefinos de Murialdo, junto a la comunidad de las Hijas de Cristo Rey que aquí tienen una guardería infantil y una escuela primaria. Están presentes el Pontificio Colegio Beda y la Capellanía de la Universidad “Roma Tres” con sus profesores y numerosos estudiantes católicos que no se “dejan robar la esperanza” en este ambiente particular. En fin, está representado el más reciente miembro de esta familia paulina, es decir el Hospital Pediátrico Niño Jesús, como signo de la caridad cristiana hacia los más pequeños.
Sobre la fe de los dos Apóstoles y Mártires, Pedro y Pablo, llamados “las columnas de la Iglesia”, tiene su origen la Iglesia de Roma, la cual desde el inicio, ha querido recordarlos juntos, casi como para recomponer en la unidad, su testimonio. Viviendo y celebrando el Año de la fe, convocado por el Papa Benedicto XVI, cómo no recordar que, en el año 1967, el Papa Pablo VI, quiso convocar uno semejante, precisamente en el decimonoveno centenario de su supremo testimonio. Por tanto, por su intercesión y su ejemplo, somos muy conscientes de que la renovación de la Iglesia pasa, sobre todo, a través de la imagen ofrecida por la vida cotidiana de los creyentes de ser testigos coherentes de Cristo.
Padre Santo, su visita de hoy y sus palabras nos guiarán a redescubrir la alegría de creer, a reencontrar aún fuerza y entusiasmo para comunicar la fe, y estar cada vez más iluminados por la gracia del Espíritu Santo. Esto hará que nos sintamos hijos perdonados y amados por Dios Padre, amigos de Cristo en la verdad, enamorados del mensaje siempre nuevo, siempre actual del Evangelio, sinceramente acogedores hacia todos los hombres, para ser todos la gran Familia de Dios, o sea, un único rebaño bajo un único Pastor.
Santidad, mientras inicia su ministerio apostólico, tenga la seguridad de poder contar con nuestro afectuoso y filial apoyo y con nuestras más fervientes plegarias, en particular, ante la Tumba del Apóstol Pablo, titular de esta Basílica suya.

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