Durante la audiencia general de los viernes, el Papa Francisco continuó con sus catequesis sobre los Hechos de los Apóstoles. Se centró en la narración del viaje de Pablo hasta Roma: «Pablo iba prisionero en una embarcación que lo llevaba de Cesarea a Roma, cumpliéndose así la palabra del Resucitado: “Seréis mis testigos hasta los confines de la tierra”». «En un cierto momento, la navegación se volvió difícil y peligrosa; Pablo aconsejó no seguir, pero el centurión no lo escuchó y la nave terminó a la deriva», continuó Francisco. Al finalizar su catequesis, saludó a los peregrinos de lengua española, y les animó a «ser sensibles ante las personas que viven en dificultad alrededor nuestro, pudiendo salir a su encuentro con amor fraterno».
Durante la catequesis, el Papa aseguró que, al modo de Pablo, es posible encontrar «el poder salvador de Dios» en situaciones difíciles, «de desgracia y de muerte».
En sus palabras, Francisco afirmó que «Pablo nos enseña a vivir las pruebas abrazándonos a Cristo, para madurar la convicción de que Dios actúa en cualquier circunstancia, también en medio de las dificultades; y la vida de quien se da a Dios por amor, siempre será fecunda».
