El papa Francisco se ha encontrado este lunes con la gran familia del Rogate —las Hijas del Divino Celo, Rogacionistas del Corazón de Jesús y las Misioneras Rogacionistas Instituto Secular—, que se reúne estos días en Roma. Les ha pedido que perseveren en la oración, que «está en la raíz de vuestra misión específica en la Iglesia»
El Pontífice ha recurrido al fundador de esta familia carismática, san Aníbal: «La oración es el hilo rojo que recorre su vida». Y ha recordado que la propia vocación de este surge en la adoración del Santísimo, al tiempo que citó sus propias palabras: «Sin este fuego interior, que se llama vida espiritual, oración, penitencia […], no se puede realizar ninguna obra verdaderamente buena».
«Esta fue su experiencia —ha continuado el Papa—, pero se aplica a todos: sin oración no puedes estar en pie y no sabes a dónde ir. Es importante que haya cada día un diálogo prolongado con el Señor, y luego una invocación a Él antes de cada momento importante, de cada encuentro, de cada decisión».
También les ha dicho que aprendan, orando, a ser sensibles a las necesidades de los demás. Como hizo san Aníbal, pues de la oración, «alma de toda actividad apostólica y caritativa», nacieron las Hijas del Divino Cielo y los Rogacionistas del Corazón de Jesús.
«Queridas hermanas, queridos hermanos, gracias por lo que hacéis, gracias por vuestro testimonio. Gracias por las manos entrelazadas: no pegadas, no, porque luego tienen que ponerse a trabajar, pero entrelazadas. Por favor continúe orando por las vocaciones. Y os recomiendo que no olvidéis orar por mí también. Gracias», ha concluido.
