“El Evangelio nos enseña los caminos para un auténtico desarrollo humano. Aportarlos a la reflexión pública es una manera de servir a la sociedad y de contribuir a dinamizarla en bien de los ciudadanos”, afirma el P.Josep M. Soler
El P. Abad de Montserrat considera que ningún hipotético beneficio económico no se puede superponer al precio humano que comportaría Eurovegas
“Sólo encontraremos una salida sostenible [a la crisis] si conseguimos generar una nueva cultura fundamentada en un humanismo que vuelva a dar a la sociedad los valores que han sostenido y han hecho progresar la dignidad de las personas. Y estos valores no se encuentran reflejados en proyectos como Eurovegas”, asegura en referencia a la posible construcción de este complejo lúdico
Montserrat, 23 de agosto de 2012. El P. Abad de Montserrat, Josep M. Soler, afirma que el precio humano que comportaría la creación del proyecto del gran complejo lúdico y turístico conocido como Eurovegas “no se puede superponer a ningún hipotético beneficio económico”. “No podemos exponernos –añade- a estilos de vida y de convivencia que van contra de los valores que no sin dificultades procuramos comunicar a las nuevas generaciones, como son el trabajo abnegado, el esfuerzo para obtener resultados positivos, el amor a la tierra, el respeto por la persona, la solidaridad o la creatividad artística y empresarial. No podemos favorecer prácticas que lleven a la degradación de la dignidad de las personas o las lleven a atentar contra su salud corporal y psicológica”.
“Sólo encontraremos una salida sostenible [a la crisis] si conseguimos generar una nueva cultura fundamentada en un humanismo que vuelva a dar a la sociedad los valores que han sostenido y han hecho progresar la dignidad de las personas y la convivencia verdaderamente democrática. Y estos valores creemos que no se encuentran reflejados en proyectos como Eurovegas”, asegura el P.Josep M. Soler, que considera que el Evangelio “nos enseña cuáles son los caminos y los medios para un auténtico desarrollo humano. Aportarlos a la reflexión pública es, pues, una manera de servir a la sociedad y de contribuir a dinamizarla por el bien de los ciudadanos y de una economía centrada en la persona humana y en su desarrollo armónico”.
El texto completo de la declaración del P. Abad Josep M. Solersobre el proyecto Eurovegas es el siguiente:
A lo largo de este año ha habido numerosas posturas críticas o fundamentalmente contrarias respecto al proyecto del gran complejo lúdico y turístico conocido como Eurovegas. Es remarcable que provengan de los estamentos más variados de nuestra sociedad: colegios profesionales, entidades del Baix Llobregat, estudiosos del medio ambiente, especialistas en temas sociales y económicos… Cada vez tenemos información más completa, hasta el punto que ha sido posible a día de hoy hacer también una valoración moral.
No nos extraña, pues, que a la razonable suspicacia mostrada desde tantos ámbitos sociales se hayan añadido voces de Iglesia, especialmente las de los obispos catalanes y de la Unión de Religiosos de Catalunya, los que han dado su apoyo al pronunciamiento del obispo de Sant Feliu de Llobregat, en la diócesis de la cual está prevista la construcción del complejo.
Hay quien prevé que este proyecto contribuirá al desarrollo económico y a la creación de puestos de trabajo directos e indirectos; pero, por otro lado, hay personas entendidas que cuestionan de manera fundamentada la eficacia real de estas previsiones. También en contra de la instalación se han subrayado con mucho énfasis los citados motivos de orden moral. Estos motivos se añaden a las razones de orden ecológico, político, medioambiental y a las dudas sobre la transparencia del promotor privado.
Es unánime la conciencia de que nos encontramos ante un gran reto para nuestro futuro a causa del impacto que puede tener en las personas y en la cultura de nuestro pueblo. Todo se resume en estas preguntas: ¿Queremos que Catalunya sea un centro mundial del juego? ¿A qué precio? La posible creación de unos puestos de trabajo, ¿asegura la transparencia ética de todo lo que comporta? Y, todavía, ¿es conveniente favorecer y promover realidades que, por desgracia, ya existen en casa y de las cuales sabemos los peligros que comportan? Es suficientemente sabido que el mundo del juego es vidrioso, y que suele tener aparejado el fomento de la ludopatía, la difusión de la toxicomanía, la presencia de la prostitución e incluso, en algunos casos, del tráfico de personas.
Todo esto comporta un precio humano al cual no se puede superponer ningún hipotético beneficio económico. Nuestro pueblo no puede ver exenciones tributarias y legales a favor de propuestas de negocio que no dignifiquen a las personas, y menos todavía cuando intenta esforzarse para hacer remontar las propias iniciativas empresariales. No podemos exponernos a estilos de vida y de convivencia que van en contra de los valores que no sin dificultades procuramos comunicar a las nuevas generaciones, como son el trabajo abnegado, el esfuerzo para obtener resultados positivos, el amor a la tierra, el respeto por la persona, la solidaridad o la creatividad artística y empresarial. No podemos favorecer prácticas que lleven a la degradación de la dignidad de las personas o las lleven a atentar contra su salud corporal y psicológica. No podemos perder, a costa del dinero fácil, el equilibrio natural y ecológico de la zona donde se propone construir el complejo lúdico.
Tal como dicen muchas personalidades que reflexionan sobre la situación económica y social que nos toca vivir, sólo encontraremos una salida sostenible [a la crisis] si conseguimos generar una nueva cultura fundamentada en un humanismo que vuelva a dar a la sociedad los valores que han sostenido y que han hecho progresar la dignidad de las personas y la convivencia verdaderamente democrática. Y estos valores creemos que no se encuentran reflejados en proyectos como Eurovegas.
Los cristianos estamos convencidos de que la persona de Jesucristo y su Evangelio nos enseñan cuáles son los caminos y los medios para un auténtico desarrollo humano. Aportarlos a la reflexión pública es, pues, una manera de servir a la sociedad y de contribuir a dinamizarla por el bien de los ciudadanos y de una economía centrada en la persona humana y en su desarrollo armónico.
Departamento de Prensa y Comunicación de Montserrat

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