El nuncio apostólico en España, Bernardito Cleopas Auza, visitó Alba de Tormes el pasado lunes para peregrinar al sepulcro de Santa Teresa de Jesús. Además ofició la Eucaristía en la iglesia del Convento de la Anunciación de las Madres Carmelitas. Se trata de la segunda visita este año del representante del Papa en España a la villa ducal tras la efectuada en el mes de enero para presidir la misa conmemorativa de la octava fundación teresiana.
ECCLESIA ha podido hablar con Miguel Ángel González, prior de los Carmelitas descalzos de Alba y Salamanca, que nos ha contado cómo fue la visita y la experiencia de esta visita del nuncio apostólico:
«El nuncio fue recibido por las autoridades de la Villa en la Plaza de Santa Teresa, acompañado por dos monseñores colaboradores suyos de la nunciatura. Primero tuvo lugar la celebración de la Eucaristía en la iglesia del sepulcro de la Santa, con gran concurrencia de fieles que se agruparon de forma ordenada en la iglesia dadas las circunstancias sanitarias. Tras la misa visitó el sepulcro de la Santa en el camarín alto, donde se encuentra el sepulcro de Santa Teresa y las reliquias mayores, es decir, el corazón y el brazo. Visitó también la celda de la muerte de la Santa y el museo carmelitano. Después mantuvo un encuentro privado con los carmelitas y las carmelitas de Alba de Tormes».
Una visita especial para el pueblo
«Que venga el representante del Papa en España es sin duda un día festivo en Alba de Tormes y para los que cada día se acercan a ver a Santa Teresa. En Alba de Tormes todo el día está abierta la iglesia del sepulcro de la Santa y recibe la visita de muchos albenses. El pueblo siempre responde cuando hay algún acto referente a Santa Teresa».
Durante la homilía, Bernardito Auza afirmó que «en 10 días, el 26 agosto, celebraremos la fiesta de la Transverberación. Teresa explica a su confesor que el fenómeno experimentado es una: “herida del amor que sale de lo íntimo del alma… Son como unos deseos de Dios tan vivos y tan delgados, que no se puede decir…: y como el alma se ve atada para no gozar como querría de Dios… ve el gran mal que nos vino por el pecado de Adán en quitar esta libertad” (Carta al P. Rodrigo Álvarez, SJ)».
Además señaló que «Dios busca poseer el corazón humano. Goza de poseerlo. Con la ayuda de su gracia, está en nuestra mano corresponderle dando gusto a éste Señor tan digno de ser amado. Saliendo hacia el corazón de su criatura no busca más que el bien que de ello sigue a nuestras almas y, en consecuencia, a nuestros hermanos. Por nuestra parte, dándole el corazón, le damos todo. Todo lo que somos y lo que tenemos. Este es el significado, el sentido del Evangelio que acabamos de escuchar: cuando damos todo al Señor, nosotros nos hemos pequeños, y el Señor nos revela su misterio, su amor sin límites, su misericordia infinita. El Hijo quiere revelarnos a nosotros».
