La Santa Sede sigue trabajando por la paz en Ucrania utilizando todas las herramientas diplomáticas a su alcance. Tras visitar la propia Ucrania, Rusia y Estados Unidos, el cardenal Matteo Zuppi sigue recabando apoyos internacionales a la misión de paz que le ha sido encomendada por el papa Francisco. En esta ocasión, el también arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, ha mantenido unas provechosas conversaciones al más alto nivel con el representante del gobierno chino para Asuntos Euroasiáticos, Li Hui, en la sede del ministerio de Asuntos Exteriores de Beijing.
Las reuniones tuvieron lugar «en un ambiente abierto y amistoso», según ha comunicado el Vaticano, y en las mismas se alcanzaron puntos de acuerdo sobre «la necesidad de aunar esfuerzos para fomentar el diálogo y encontrar caminos que conduzcan a la paz».
Se fijaron, asimismo, temas concretos de actuación de suma importancia y absoluta urgencia, como el problema de la seguridad alimentaria, cuestión sobre la que mostraron su «esperanza de que pronto se pueda garantizar la exportación de cereales, especialmente a los países con mayor riesgo».
La Iglesia lleva meses trabajando por la paz en Ucrania con mucho diálogo y buscando tejer, con el cardenal Zuppi como cabeza visible, una multiplicidad de alianzas que pueda ejercer una presión más eficaz sobre Vladimir Putin para que ponga fin a la guerra. Después de visitar Kiev el pasado 5 de junio, Moscú —28 de junio— y Washington —17 de julio—, cabe esperar que, tras esta reunión al más alto nivel en Beijing, la Santa Sede siga intentando sumar a la causa de la paz a otros líderes destacados de la comunidad internacional.