El arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, no lleva a la Virgen Peregrina a Roma para destinar el dinero a los más necesitados
Por Antonio DIAZ TORTAJADA, sacerdote-periodista
El arzobispo de Valencia, Carlos Osoro Sierra, ha dado gracias a la Virgen María por “enseñarnos, primero, a vivir en adhesión absoluta a Dios; segundo, por enseñarnos a los valencianos a decir el sí a Dios cuando Él te pidió que dieses su rostro a tu hijo Jesucristo; y, tercero, por darnos la oportunidad de decir sí a Dios en este momento de la historia aunque no sea fácil”.
Durante la “Missa de Descoberta”, que ha presidido a las cinco de la madrugada en lengua valenciana en la Basílica de la Virgen, el prelado se ha dirigido a la Virgen de los Desamparados, como patrona de Valencia, para implorarle su ayuda: “ampáranos a todos los valencianos y haz que nunca se pierda en nuestras tierras la tradición cristiana; ampara a todas las familias, en especial a las que más sufren la crisis y la falta de trabajo; haz posible que nadie pierda su dignidad, ampara a los niños abandonados, a los matrimonios rotos que pasan por el drama de la separación, a nuestros mayores que, a veces, viven en soledad”.
De igual forma, ha pedido a la patrona que “todos los cristianos de Valencia seamos apóstoles en la nueva evangelización” y, de forma especial, por las vocaciones y los seminaristas.
Igualmente, durante su homilía, ha asegurado que la advocación de la Madre de los Desamparados es la “mejor que define la necesidad de todos los hombres de acogerse a la Virgen María” y ha desvelado, en este sentido, que precisamente, por este motivo, en un encuentro de hermandades y cofradías de todo el mundo que se celebró el pasado 4 y 5 de mayo en Roma, le pidieron tener la imagen de la Mare de Déu dels Desamparats, “pero nos pareció que el coste de enviarla allí era mejor emplearlo en atender a los que más lo necesitan”.
Al término de su homilía, monseñor Carlos Osoro ha concluido con un “Vixca la Mare de Déu!”, que ha sido respondido masivamente por los cientos de valencianos que llenaban la Basílica de la patrona de los valencianos.
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