La diócesis de Lugo cuenta desde la tarde de ayer sábado, 3 de julio, con dos nuevos sacerdotes. Se trata de Rubén Ponce Díaz y Guillermo Antonio Carrillo Vargas. La ceremonia de ordenación tuvo lugar en la catedral y estuvo presidida por el obispo Alfonso Carrasco Rouco. «Las vocaciones sacerdotales son una obra de Dios en medio de su Iglesia. Cada vocación es un signo de la misericordia del Señor», dijo el prelado a los dos diáconos. «Estamos en medio del pueblo como signo de la misericordia y del amor de Dios. Y esto no hay que olvidarlo nunca. (…) Cuanto más duros sean los momentos que nos toquen vivir, más razón para acordarnos de la misericordia del Señor», añadió.
Monseñor Carrasco les recordó que «en el sacramento del Orden es el Señor quien de verdad actúa», y que a partir de ese momento tendrán que dar siempre testimonio del amor que Jesús mostró a los hombres. «El Señor es siempre fiel. La fidelidad del Señor triunfa».
De Galicia y Costa Rica
Los dos nuevos presbíteros tienen 31 y 32 años respectivamente. Rubén Ponce (Ferrol, 1989), estudió primero Derecho en Santiago de Compostela y luego los estudios eclesiásticos en el Seminario Diocesano Conciliar de Lugo. Tras varias experiencias pastorales en Galicia, en el quinto año de seminario fue enviado a Madrid para completar su formación en la Universidad Eclesiástica San Dámaso, en la que actualmente cursa la licenciatura en Derecho Canónico.
Guillermo Antonio Carrillo Vargas, por su parte, nació en Costa Rica en 1988. Es el séptimo de ocho hermanos y pertenece al Camino Neocatecumenal. Después de tres años en proceso prevocacional en Costa Rica, fue enviado al Seminario Redemptoris Mater de Madrid, donde realizó los cuatro primeros años de formación sacerdotal. De ahí pasó a Lugo, como parte del primer grupo de seminaristas del recién erigido Seminario Diocesano y Misionero Redemptoris Mater. Durante esos años colaboró pastoralmente los fines de semana en la parroquia de la Milagrosa (Lugo). Concluidos los estudios eclesiásticos, realizó un año de experiencia pastoral en Huelva y actualmente desarrolla su etapa pastoral en la Parroquia de San Froilán (Lugo).
Tanto Rubén como Guillermo fueron ordenados diáconos el 5 de diciembre de 2020.
Ofrenda a la Virgen
«Ayudadnos a ser buenos sacerdotes para la Iglesia. Ayudadnos a ser unos sacerdotes santos», pidió Rubén Ponce a los fieles congregados en la catedral al final de la ceremonia. A continuación, el obispo y los dos nuevos presbíteros realizaron una ofrenda floral a Nuestra Señora de los Ojos Grandes, patrona de la diócesis de Lugo.
