Revista Ecclesia » Discurso del Papa Benedicto XVI tras un concierto de música bávara ofrecido en Castelgandolgo por la archidiócesis de Múnich y Frisinga
Vaticano

Discurso del Papa Benedicto XVI tras un concierto de música bávara ofrecido en Castelgandolgo por la archidiócesis de Múnich y Frisinga

Al final de esta “hora bávara” puedo solamente decirles “Dios se los pague” de todo corazón. Ha sido hermoso estar aquí, al centro del Lacio, en Castel Gandolfo, y al mismo tiempo en Baviera. He estado “en casa”, y debo felicitar al cardenal Marx, porque ¡logra pronunciar tan bien esta palabra en bávaro!

Hemos podido percibir que la cultura bávara es una cultura alegre: esto no significa una manifestación ruda, no de ‘juerga’, sino alegre, embebida de gozo; nace de una aceptación interior del mundo, de un sí interior a la vida que es un sí al gozo.

Ella se funda en el hecho de que nos encontramos en sintonía con la Creación, en sintonía con el mismo Creador y que por esto sabemos que es bueno ser una persona. Es verdad, es necesario reconocer que Dios, en Baviera, nos ha facilitado la tarea: nos ha donado un mundo, una tierra tan bella que es fácil reconocer que Dios es bueno y por este hecho ser felices. Al mismo tiempo, ha hecho de modo que los hombres que viven en esas tierras a partir de su “sí” hayan sabido darle su plena belleza; sólo a través de la cultura de las personas, a través de su fe, su gozo, los cantos, la música y el arte, se ha vuelto tan bella que el Creador solo sin la ayuda de los hombres, no habría podido hacer. Pero alguno podría decir: ¿será justo ser tan felices, mientras el mundo está tan lleno de sufrimiento, cuando existe tanta oscuridad y tanto mal? ¿Es justo ser tan insolentemente gozosos? La respuesta es sólo una: ¡si! Porque diciendo ‘no’ al gozo no hacemos un favor a nadie, logramos sólo hacer más oscuro el mundo. Y quien no se ama a sí mismo no puede ofrecerse al prójimo, no puede ayudarlo, no podrá ser mensajero de paz. Esto lo sabemos por la fe, y lo vemos cada día: el mundo es bello y Dios es bueno y por el hecho que Él se ha hecho hombre y ha entrado en nosotros, sufre y vive con nosotros, lo sabemos definitivamente y concretamente: si, Dios es bueno y es bueno ser un Hombre. Vivimos de este gozo, y de este gozo buscamos llevar el gozo también a los demás, de rechazar el mal y de ser servidores de la paz y de la reconciliación.

Ahora, por cierto, debería agradecer a todos, uno a uno, pero la memoria de un hombre anciano no es confiable. Por lo tanto, prefiero evitarlo. Pero, quisiera agradecer al querido cardenal Marx por haber organizado esta “hora”, por haber transportado Baviera a Roma y por habernos hecho tangible la unidad interior de la cultura cristiana; quisiera agradecerle por haber reunido toda la Baviera en nuestra arquidiócesis, desde la Baja Baviera hasta la Alta Baviera; quisiera agradecer a la presentadora, que nos ha regalado un bávaro tan bello: no creo ser capaz de hablar el bávaro así de bien, pero ella lo sabe hacer. Agradezco a todos los grupos, los músicos … pero, no quiero comenzar, ustedes lo saben: todo me ha tocado profundamente y estoy feliz y reconocido. Cierto, he podido escuchar a los Schützen solo desde lejos, ellos merecen un agradecimiento particular, porque yo soy un Schütze honorario, si bien a su tiempo he sido un Schütze bastante mediocre. También, te agradezco de forma particular, querido cardenal Wetter, por haber venido: eres mi primer sucesor en la sede de San Corbiniano de Frisinga; haz guiado por un cuarto de siglo la arquidiócesis como un buen pastor: ¡gracias por estar presente!

(Raúl Cabrera-RV)



O si lo prefieres, regístrate en ECCLESIA para acceder de forma gratuita a nuestra revista en PDF

HAZME DE ECCLESIA

Añadir comentario

Haga clic aquí para publicar un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Cada mes, en tu casa