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Opinión

Crónica del testimonio en Toledo del padre Ibrahim, fraile franciscano y párroco de la Iglesia latina de san Francisco en Alepo (Siria)

 

Crónica del testimonio en Toledo del padre Ibrahim, fraile franciscano y párroco de la Iglesia latina de san Francisco en Alepo (Siria)

PADRE IBRAHIM: “EN ALEPO BROTA LA PAZ Y LA ALEGRÍA POR LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR PERO AL MISMO TIEMPO CONTINÚA HACIENDO SU PROPIO VÍA CRUCIS”

Presentación en Toledo del libro “Un instante antes del alba. Crónicas de guerra y de esperanza desde Alepo”, editado por Ediciones Encuentro. Todo lo recaudado por la venta del libro en Toledo se ha destinado a la población de Alepo (Siria).

MÓNICA MORENO

En Alepo también somos testigos de la Resurrección del Señor. Una comunidad que ha celebrado la Resurrección y donde brota la paz y la alegría, pero al mismo tiempo continúa haciendo su vía crucis”. Estas fueron las primeras palabras del padre Ibrahim Alsabagh, fraile franciscano y párroco de la Iglesia latina de san Francisco en Alepo (Siria), que este sábado, 22 de abril estuvo en la Parroquia de San Juan de la Cruz de Toledo para presentar su libro “Un instante antes del alba. Crónicas de guerra y esperanza desde Alepo”, que ha sido editado por Ediciones Encuentro, en un acto organizado por el Arzobispado de Toledo y la ONG Cesal (que apoya al Padre Ibrahim en Alepo), en colaboración con la Delegación de Apostolado Seglar y Cáritas Diocesana de Toledo.

Han pasado seis años de esta guerra absurda y todavía queda mucho camino para llegar a la paz, un camino muy largo, donde hay muchos dolores, y donde se están arrancando de raíz los árboles de las semillas cristianas en Oriente Medio”, señalaba el padre Ibrahim ante un salón de actos que repleto de asistentes que no se quisieron perder las palabras de este fraile que está llevando la Buena Noticia y la esperanza a Alepo.

Ahora en Siria estamos vacíos, golpeados profundamente y una parte de estos golpes son porque somos cristianos”, recordando que pocas iglesias están funcionando, porque en la ciudad sólo permanece un tercio de la población, que se pregunta si quedarse o partir.

Ir a las escuelas desconociendo si dentro de dos minutos o de dos horas están cayendo misiles en la escuela”. Esto es lo que se ha vivido, “un terrible terror”, incluso después de la tregua tantas personas tienen signos en el cuerpo y en el alma de esta guerra.

Un hoy en Alepo hay una población “donde las madres menores de 35 años sufren problemas depresivos y de corazón. Muchos niños tienen problemas en el sueño y con enfermedades en la piel, símbolos del terror; con muchas personas solas porque no han podido salir; ancianos que necesitan atención y muchas madres y niños porque es una sociedad en la que ha desaparecido el varón, porque o bien busca un futuro mejor o ha sido llamado para el ejército regular o ha sido raptado o no se sabe dónde está”. Una población –tal y como detalló- que sufre problemas de electricidad y de agua, entre otras carencias, y donde falta el dinero y el trabajo.

Quien conoció Alepo antes de esto sabía que era una ciudad rica, la gente amaba la vida y la disfrutaba, ahora la gente ha perdido el amor a la vida y prefiere no ir al médico, para ahorrar y cuidar así a sus hijos”.

Futuro

Hemos visto al rostro de Jesús sufriendo sobre la cruz, y me he sentido muy impactado dentro de mi corazón”, expresaba el padre Ibrahim, que afirmaba que a pesar de todo hay futuro, por lo que ha empezado una treintena de proyectos. “Hemos comenzando a dar lo que teníamos, rezando al Señor para que hiciera algo y allí hemos vivido la experiencia de la Providencia Divina, como Cáritas y Cesal, porque el dinero nunca ha fallado”. “El Señor nos ha facilitado el dinero cada vez que dábamos un paso que parecían una locura, porque sabéis que la Caridad tiene un punto de aventura”, expresó el párroco en Alepo que recordó que “para dar algo de nosotros se necesita el coraje de la caridad y si tenemos el sentido de la Caridad, el Señor nos abre el camino”.

Así dijo que es necesario abrir las puertas, escuchar mucho al Señor “porque habla a través del pobre” y moverse con rapidez. “El Señor está en medio de nosotros y os aseguro que no está en el sepulcro. Os aseguro que está puesto en cualquier comunidad que convoca y alaba, porque la presencia de Jesús hace posible los milagros”. Además manifestó que esta sociedad que no es capaz de ponerse en pie, depende del cuidado pequeño de su madre que es la Iglesia y recordando a Pablo VI señaló que “es la Iglesia la que avanza mientras que el Gobierno está paralizado y débil”. Una Iglesia que se abre a los demás, y que como “refleja la ternura de un Padre que también es Madre, porque el Señor nos quiere bien y así vuestra Caridad llega a nosotros”, dando gracias a Cáritas Diocesana de Toledo y al Arzobispado de Toledo, y a Cesal, por todo lo que están haciendo por ayudar a la población en Siria.

A través de la Caridad de Cristo el Señor no sólo cura y los ayuda para no morir de hambre sino que cura los corazones y los hace estar en comunión con todos los cristianos del mundo”, indicó el padre Ibrahim, que en estos momentos ha empezado una treintena de proyectos “que a veces dan miedo porque no tienen financiación” para ayudar a la población y para reconstruir viviendas. Uno de los proyectos que explicó fue el Proyecto “Creato” para ayudar a más de 700 familias jóvenes “que son el futuro de Alepo”, contribuyendo a darles alimentos, ayudas en los pagos de la electricidad, y en la cobertura del antes y después del embarazo, “porque son familias que apuestan por el don de la vida”.

Un testimonio que se encuentra en el libro “Un instante antes del alba. Crónicas de guerra y esperanza desde Alepo (Siria), que según comentó el padre Ibrahim, conmovió al Papa Francisco.

Gabinete de Comunicación

Mónica Moreno

Cáritas Diocesana de Toledo



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