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Católicos y científicos: Robert Kurland

Católicos y científicos: Robert Kurland, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC

Robert Kurland (1931-), físico católico apasionado evangelizador. De Bisabuelos rabinos y judío practicante, creyente en Dios Creador de toda la vida, apasionado por la astronomía hasta construir un telescopio él mismo, reconoce que todo empezó a cambar en su interior al leer ‘¿Quién movió la piedra?’, del autor Frank Morrison: “Al leer el relato de los días previos y posteriores a la crucifixión de Cristo, me dio la impresión de que si sus argumentos se expusieran ante un jurado imparcial, este determinaría que los relatos bíblicos de la resurrección fueron verdad más allá de toda duda razonable”. Practica desde su jubilación tareas de apostolado en la cárcel y en el hospital y toca en el grupo musical de su parroquia. Físico experto en antimateria, se convirtió al catoliciscmo en 1995, cuando ya tenía 64 años de edad. Se doctoró en Física Química en Harvard en 1956 y dedicó una parte de su vida a la mecánica cuántica.

Pero relatando sus impresiones continúa diciendo…”…Aún más me impresiona que en las escrituras del Nuevo Testamento, los testimonios de gente ignorante y analfabeta, como pescadores, cobradores de impuestos o mujeres, fueron capaces de debatir con filósofos griegos y académicos judíos y poder así difundir la fe cristiana por todo el Imperio romano, padeciendo apuros y dolores e incluso muriendo para conseguirlo. Sin lugar a dudas, debieron inspirarse en los encuentros con un Jesús resucitado y la voz interior del Espíritu Santo”. Y es que el cristianismo como fenómeno sociológico, histórico, es realmente convincente desde la neutralidad y la ausencia de prejuicios.

Pero ¿por qué precisamente católico?: “También me di cuenta de que, si el relato de la resurrección del Evangelio es digno de nuestra fe, también lo debe ser el resto, particularmente la narración donde Jesús da a Pedro las llaves del Reino de los cielos, fundando así la Iglesia Católica. Por consiguiente, la religión cristiana a la que me debía convertir era la católica romana”. Ni más ni menos, así de simple. Confiesa haber tomado la decisión de convertirse sin visiones ni locuciones especiales, sino simple y llanamente de manera racional, porque ciencia y fe son compatibles absolutamente en el catolicismo. Oblato de la Orden de San Benito desde 2005.

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