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Católicos y científicos: Obdulio Fernández Rodríguez

Obdulio Fernández Rodríguez (1883-1982) es una más de esas figuras que han cimentado el actual desarrollo científico español, perfectamente desconocida y además católica ferviente. Por todo ello está fuera del discurso laicista, pero resulta la coincidencia un revulsivo más para el desenmascaramiento de la leyenda progre, sin base científica alguna, en virtud de la cual ciencia y fe son incompatibles, y en España en el siglo XX la Iglesia fue enemiga de la ciencia. Veamos.

En el Instituto de España se resume su actividad del siguiente modo:

“Doctor en Farmacia (1902). Pensionado por la Junta de Ampliación de Estudios en Ginebra y Munich. Catedrático de Química Orgánica en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada (1907). Presidente y Socio fundador de la Sociedad Española de Física y Química (1917 y 1925-26). Catedrático de Análisis de Medicamentos Orgánicos en la Universidad Central. Subdirector y Jefe de Sección de Química en el Instituto Nacional de Higiene Alfonso XIII. Consejero Nacional de Sanidad (1917) y de Educación. Decano de la Facultad de Farmacia de Madrid (1930). Miembro de la Junta constructora de la Ciudad Universitaria de Madrid. Presidente de Honor de los Colegios Oficiales de Farmacéuticos de numerosas ciudades españolas. Miembro de la Comisión Internacional de Nomenclatura Química en Cambridge, Bucarest, Washington y La Haya. Presidente del IX Congreso Internacional de Química Pura y Aplicada de Madrid. Miembro de las Academias de Medicina de París, de Farmacia de Brasil, de Farmacia de Francia, de la Sociedad Química de Rumanía y de Francia, etc. Oficial de la Legión de Honor Francesa. Premio “Juan March” de Química 1960. Medalla Echegaray de la Real Academia de Ciencias (1968). Entre sus numerosas publicaciones, destacan: “Serie cíclica de la Química Orgánica”, “Análisis de 1.000 aguas destinadas al consumo público”, “La química en la poesía gaélica”, “La constitución de los azúcares”, “Lecciones de Bromatología”, etc. Ocupó la Medalla Nº 31 de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, la Medalla Nº 37 de la Real Academia Nacional de Medicina y fue Académico Honorario de la Real Academia de Farmacia desde 1939”. (Fuente: “Académicos numerarios del Instituto de España (1938-2004)”, Instituto de España, Madrid, 2005).

En sesión necrológica de 5 de octubre de 1982 en la Real Academia Nacional de Medicina de la que fue miembro, Valentín Matilla dijo de él:

“En fin, don Obdulio poseía una humanidad muy próxima a la perfección sin duda y era un hombre de fe, un cabal y razonable cristiano practicante y tolerante a un tiempo porque comprendía como el beatífico Juan XXIII  que el cristianismo significa serenidad, paz interior y abandono en las manos de Dios. Sin perder ese norte, bajo esa guía permanente e insobornable hacia lo espiritual, vivió este dilecto amigo hasta el final de sus años, resignado y sumiso al ir decayendo sus energías y facultades, y esperando siempre ilusionado su fin postrero de auténtica liberación. Muy de corazón auguramos que ya disfrutará de ella eternamente deslumbrado por la auténtica y sola verdad…Se me antoja como muy oportuno el recordar en este punto que don Obdulio fue llamado a la casa del Padre precisamente el día 29 de junio, festividad del apóstol San Pedro patrono de Burgos, patria chica de nuestro inolvidable amigo, que de seguro como buen burgalés sentía devoción especial por el Príncipe de los Apóstoles. Resulta coincidencia al menos altamente sorprendente y simbólica para los que disfrutamos de una fe profunda. Aparece como un hecho de cierta predestinación y harto consolador”.

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