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Católicas y científicas: Olga García Riquelme, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC

Católicas y científicas: Olga García Riquelme, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC

Una de tantas mujeres que ha compaginado sin problema alguno sus tareas profesionales con su fe. Lo relevante, lo sorprendente es que se trata de una científica que desarrolló su carrera en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), mayor organismo dedicado a la investigación que ha existido en España en toda su historia, que fundaron los también católicos José Ibáñez-Martín y Jose Mª Albareda. En este Año Internacional de la Luz, pues otra química católica de interés.

Esta guapa tinerfeña nacida en 1920 y ahora jubilada de su actividad científica como Profesora de Investigación del Instituto de Óptica Daza de Valdés – llamado así en honor de quien fuera el precursor de la oftalmología española, también católico ferviente- a quien he tenido el privilegio de entrevistar recientemente, admite sin ambages haber sido católica practicante toda su vida, y no haber tenido nunca problema alguno con su actividad profesional, hecho éste que el laicismo contumaz asume en su ideario –el de la incompatibilidad entre ciencia y fé- y, lo que es peor, muchos católicos se creen a pies juntillas.

Doctora en Ciencias y profesora de investigación del CSIC en el Instituto de Óptica, especialista en obtención y análisis de espectros atómicos de interés astrofísico, y en cálculos teóricos de configuraciones atómicas, admite pertenecer a una familia católica de toda la vida, y reconoce que la visibilidad del catolicismo de uno en los ambientes científicos es escasa: son temas de los que no se hablan.

Completó su formación en el Instituto de Física de la Universidad de Lund (Suecia) y en el Centre National de la Recherche Scientifique de Bellevue (Francia). Siempre admitió que la teoría de la evolución es perfectamente compatible con la fe.

Estudió los espectros atómicos del Manganeso (Mn I y Mn III), del Níquel (Ni III y Ni IV), del Vanadio II, del Wolframio IV y sus configuraciones electrónicas. Confiesa considerar que la Iglesia no es un problema para el desarrollo en absoluto, y que ciencia y fe son perfectamente compatibles.

Trabajó en el grupo del mítico Miguel Catalán, químico-físico represaliado del franquismo que, no obstante, continuó tras la Guerra Civil su actividad científica -gracias a las gestiones de Jose María Otero Navascués http://www.revistaecclesia.com/catolicos-y-cientificos-jose-maria-otero-navacues/– precisamente al frente del grupo que formó con Olga y con otra importante química-física de la época y todavía viva, Laura Iglesias http://www.revistaecclesia.com/catolicas-y-cientificas-laura-iglesias-por-alfonso-v-carrascosa-cientifico-del-mncn-csic/.

 

 

 

 

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