Ciudad de México, 20 de octubre de 2017.
Prot. N.80/17
«¡Oh Dios, haz que nos recuperemos,
ilumina tu rostro y nos salvaremos!» (Sal. 80,4)
Los Obispos de México, al transcurrir un mes desde la catástrofe del sismo que azotó terriblemente diversas partes de nuestro país, tenemos presente en nuestras oraciones a todas las personas que experimentan en carne propia la tristeza, desolación y la pérdida de sus seres queridos y sus patrimonios.
Este tiempo que hemos vivido en medio de la dificultad nos ha enseñado a mirarnos como hermanos, a solidarizarnos y ser sensibles con los que sufrieron estos daños.
El pueblo cristiano movido por la fe sigue apoyando a través de la presencia, ayuda espiritual y material para la reconstrucción de las personas, comunidades y pueblos afectados, a través acciones emergentes, trabajos, obras prioritarias que ayuden a la regeneración y reparación de las zonas afectadas.
Es por ello que seguimos invitando a colaborar con solidaridad y verdadero amor, ante estas dificultades, porque los cristianos sabemos que las pruebas difíciles nos ayudan a madurar y a fortalecernos, y que el amor por alguien a quien queremos no se derrumba, sino que crece.
Recurramos a la intercesión de Santa María de Guadalupe para que su Hijo levante nuestro pueblo, y éste se convierta en un lugar de encuentro, convivencia fraterna y familiaridad, donde nadie se sienta extraño, donde todos se sientan comunidad.
+ Alfonso G. Miranda Guardiola
Obispo Auxiliar de Monterrey
Secretario General de la CEM
+ José Francisco Card. Robles Ortega
Arzobispo de Guadalajara
Presidente de la CEM

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