Caminante sí hay camino, ¡caminemos a Javier!
La fe no se cuestiona, se proclama. Y así lo hacen miles de personas, peregrinando hasta el castillo de Javier, en Navarra, siguiendo las huellas del patrono de los misioneros. Por Cristo (¡cómo se siente al verlo sonriente desde la cruz, en su casa solariega de Javier!), por la Virgen (¡Madre de Dios, acuérdate de mí!, balbució en sus últimas palabras), por la Iglesia (patrono de los misioneros). “Acá todos se me hacen muy amigos” –escribía desde La Sorbona. “Más, más y más” –dicen que gritaba en sus sueños al pensar que llevaba un enfermo a su espalda y quería ayudar más.
¡Qué fácil es caminar en Navarra! Qué fácil echarse a andar por tan bellos parajes, en tan buena compañía, con tan estimulantes metas, con tan motivadora propaganda! Asumir su formidable patrimonio natural y cultural. No siempre anda uno por aquí –yo suelo estar por el Perú- así que me dije: ¡Me apunto y me voy en la primera oportunidad, la del pasado sábado 3 de marzo, con lluvia incluida. ¡Qué gusto compartir la fe con miles de peregrinos!
El pastor de la arquidiócesis de Pamplona-Tudela glosó el lema de la javierada- Caminemos juntos- , invitándonos a poner los ojos en Cristo, el verdadero Camino, dejando los falsos, y seguir los pasos del celoso misionero Javier.
Gracias a todos por haberme ayudado a dar más de 70.000 pasos en los 55 kms. Gracias a vosotros, lo hemos logrado, hemos multiplicado nuestro esfuerzo, uniéndolo al de los miles que han caminado para agradecer, ofrecerse, orar por tantas personas, tantas intenciones…Y ¡soñar con seguir forjando un mundo feliz como Javier!
José Antonio Benito
