Católicos y científicos: Andrés Vesalio, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC
Se celebra el quinto centenario del nacimiento del médico Andrés Vesalio (1514-1564), por un tiempo médico de Felipe II. Como en tantas ocasiones, la revolución científica –de la medicina en este caso- que desencadena un cambio de paradigma gracias al abandono de posturas inmovilistas, es llevada a cabo por un científico católico, en pleno Renacimiento.
Católicos y científicos: José López Ortiz, OSA, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC
En 2014 se cumplen los 75 años de la fundación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y 70 de puesta en marcha de su revista más emblemática, Arbor http://arbor.revistas.csic.es/index.php/arbor/announcement/view/34. Le viene el nombre a la revista del Arbor Scientiae, modo con el que el beato mallorquín Ramón Llul representaba la ciencia, y que el CSIC adoptó como logotipo, inspirado en último término en el Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal del libro del Génesis. Arbor echó a andar bajo la dirección de José López Ortiz, fraile agustino además de presbítero de la Iglesia Católica, que salvó su vida de la implacable Persecución Religiosa a que fue sometida la sociedad española antes y durante la Guerra Civil, gracias a su conocimiento de la lengua árabe.
La fe y el Año Internacional de la Cristalografía 2014, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC
Una vez más y sin comerlo ni beberlo encuentro una ocasión para poner de manifiesto la compatibilidad entre ciencia y religión, razón y fe. Pero no con teorías, sino con hechos concretos. Me refiero a que acabamos de comenzar el Año Internacional de la Cristalografía 2014.
En este 2013 se cumplen cincuenta años de la fundación de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular (SEBBM) http://sebbm.es/ES/sebbm_2. Su primer presidente fue otro caso concreto e histórico de científico creyente, de formación química, español, y contemporáneo: Alberto Sols (1917- 1989), que fue, entre otras cosas, galardonado con el Premio Príncipe de Asturias 1981 de investigación científica y técnica por su actividad como pionero en la bioquímica española y formador de una importante escuela, codo con codo con el premio Nobel Severo Ochoa, labor que desarrolló en la institución científica más importante de la historia de España, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), fundado por los católicos J. Ibáñez,-de la ACdP, y Jose Mª Albareda, sacerdote del Opus Dei, movimiento al cual perteneció también Alberto Sols.