Esta mañana el secretario general de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, obispo auxiliar de Valladolid, señalaba en un hilo de Twitter el número de abortos practicados en España en 2019 para destacar: «Parece mentira la indiferencia con la que se vive esta tragedia. ¡No es un derecho!». Desde el «invierno demográfico» que asola a las sociedades occidentales hasta la falta de apoyo y medidas a las mujeres embarazadas para que puedan dar a luz sabiéndose atendidas en sus «circunstancias personales, educativas o sociales», el obispo asegura que es un drama personal, demográfico, moral, político y, sobre todo, espiritual: falta de fe, de esperanza y de amor a la vida».
En España, según los datos aportados por el Ministerio de Sanidad, sólo en 2019 se interrumpieron más de 99.000 embarazos; siendo de los 20 a los 24 años la franja de edad donde más abortos se realizan (casi un 19% respecto a las cifras totales).
En el hilo abierto por el secretario general ha considerado elemental una profunda «revisión de la sexualidad, desvinculada hoy casi totalmente del amor y de la procreación». Del mismo modo, ha llamado a un análisis de la problemática que genera el sistema económico actual, con sus propias exigencias vitales y laborales que impiden, dice Argüello, «la realización personal en la maternidad y paternidad; del sentido de la vida».
En 2019 se practicaron en España 99.149 abortos y nacieron 360.617 personas. 1.025.055 abortos desde la modificación de la ley en 2.010. Es un drama personal, demográfico, ecológico, moral, político y, sobre todo, espiritual: falta de fe, de esperanza y de amor a la vida.
— Mons. Luis Argüello (@MonsArguello) December 28, 2020
Parece mentira la indiferencia con la que se vive esta tragedia. ¡No es un derecho! Crece el “invierno demográfico”, mengua el prestigio del Tribunal constitucional y no se toman medidas en favor de la mujer embarazada en sus circunstancias personales, educativas, sociales…
— Mons. Luis Argüello (@MonsArguello) December 28, 2020
Pero es aun más necesaria una revisión a fondo de la sexualidad, desvinculada hoy casi totalmente del amor y de la procreación; del sistema económico y sus exigencias vitales y laborales; de la realización personal en la maternidad y paternidad; del sentido de la vida.
— Mons. Luis Argüello (@MonsArguello) December 28, 2020
