En 1969 el Papa Pablo VI aprobaba la creación de la Federación Bíblica Católica, una institución volcada desde entonces en la promoción de la Sagrada Escritura, a través de su difusión, traducción y promoción. No trata sólo de traducir la Biblia a las lenguas locales, intenta, sobre todo, traducir el mensaje bíblico a los contextos personales, comunitarios y culturales, como hicieron grandes misioneros como Matteo Ricci en China o Roberto de Nobili en la India.
Aunque está presente en 133 países, desde el primer momento las Obras Misionales Pontificias han apoyado gracias al DOMUND a esta institución en sus proyectos en Asia, dedicando cada año, según la generosidad de los fieles, una media de 25.000 dólares para traducciones de la Biblia a lenguas asiáticas. Este año son 20.000 dólares el dinero destinado a apoyar una labor que está en la raíz del esfuerzo misionero.
Entre las iniciativas que promueve la Federación Bíblica Católica está, por ejemplo, la que lleva a cabo en Birmania. Los cristianos constituyen una minoría y están expuestos a continuas represalias. A pesar de esto, su número no deja de crecer. En el norte del país, en la frontera con China, la Federación Bíblica Católica está apoyando el programa “Satisfaciendo el hambre de la Palabra de Dios”. La meta es la formación de nuevos colaboradores, hombres y mujeres, para la pastoral bíblica. La Federación Bíblica Católica promueve, igualmente, la producción de Biblias en lengua vernácula, asequibles a los cristianos birmanos, muchos de los cuales viven en extrema pobreza.
OMPRESS-ROMA (3-10-12)
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