Alboraya (Valencia) celebra la fiesta del Milagro de los Peces
Por Antonio DIAZ TORTAJADA, Sacerdote-periodista
La localidad valenciana de Alboraya conmemorará el lunes de Pentecostés, el “miracle dels peixets” (El milasgro de los peces), con la celebración de una misa en la ermita erigida en la desembocadura del barranco de Carraixet donde, según una arraigada tradición popular, se produjo el milagro en el año 1348.
Un año más, los vecinos de Alboraya cumpliran con su cita festiva en la ermita del Miracle (milagro) para conmemorar su arraigada fe en el Miracle dels Peixets, (Milagro de los peces), una tradición que se basa en unos hechos sucedidos en 1348.
La Eucaristía que se celebra tradicionalmente el lunes siguiente a la solemnidad de Pentecostés, tendrá lugar a las 12 horas en la Ermita del Milagro o “dels peixets” y contará con la participación de centenares de vecinos de Alboraya y de localidades próximas.
La tradición cuenta que un sacerdote, fue arrastrado por las aguas del barranco del Carraixet cuando llevaba una arquilla con las sagradas formas a un morisco enfermo. Ante este suceso, los vecinos de Alboraya salieron a buscar las sagradas formas y vieron como tres peces las sostenían en sus bocas. Después de estos hechos se promovió la construcción de una ermita. La controversia forma parte indiscutible de este milagro y ha enfrentado durante generaciones a las localidades de Almàssera y Alboraya.
En la localidad vecina, “el sacerdote venía de darle la extremaunción y los peces eran sólo dos”, señalan los vecinos de Almàssera. No obstante, las diferencias son simbólicas y ambas versiones se asientan en la tradición oral, lo importante no es el número de los peces, sino el milagro en sí.
La arquilla que contuvo las sagradas formas cuando se produjo el milagro en el siglo XIV sólo sale del templo parroquial en la festividad de San Vicente Ferrer para llevar la comunión a los enfermos a sus casas, y también en la procesión del Corpus que Alboraya celebra el primer domingo de julio. Se trata de una caja pequeña destinada a contener las formas consagradas, del siglo XIII, que se conserva en la parroquia.

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