La gran mayoría de las personas casadas, 8 de cada 10, creen que lo están para toda la vida. Es lo que se desprende del estudio Nupcialidad e itinerarios de pareja de la Cátedra Amoris Latetitia de la Universidad Pontificia Comillas. El trabajo de campo se realizó en la Comunidad de Madrid entre 1.550 personas, con preguntas sobre las percepciones sobre la realidad de pareja. Al mismo tiempo, el 40 por ciento de los jóvenes entre 18 y 35 años sitúan la precariedad económica como el principal obstáculo para casarse; de hecho, el 80 por ciento de los que tienen pareja planea contraer matrimonio, aunque haya motivos que se lo impidan.
Del estudio se desprende que los principales beneficio que encuentran los jóvenes al matrimonio es la seguridad para los hijos y la mejora de la relación en pareja. Esta sigue siendo la forma básica de convivencia de los españoles, según el estudio de Comillas. Al mismo tiempo, 8 de cada 10 jóvenes no creen que el matrimonio quite libertad. Asimismo, más de la mitad de las personas casadas opina que el factor fundamental de consolidación del matrimonio tiene que ver con el compromiso mutuo (54,3%).
Los jóvenes piden a la Iglesia mejor acompañamiento
Tres de cada cuatro encuestados están casados por algún rito religioso. En los últimos años, ha habido un descenso considerable descenso de la reputación del matrimonio religioso, pero en esta encuesta se aprecia una mejora en este aspecto. La encuesta detecta un aumento de su valor entre los jóvenes menores de 35 años que se han casado: en ese tramo de edad, el 48,6% lo hizo por esa razón religiosa. Para casarse, las personas religiosas dan mucha mayor importancia a razones de religiosidad (ocho veces más), mejora de la relación (el doble), reputación (el doble) y seguridad. Eso sí, se percibe la sensación de que falta que el matrimonio religioso ayude a madurar a la pareja, que “ayuden a madurar personalmente” (46,2%). Tampoco que sea mejor para los hijos (69%).
El conjunto de los encuestados asegura que la preparación al matrimonio debe mejorar sus contenidos y acompañar más personalmente a las parejas. Los jóvenes entre 18 y 35 años, en concreto, piden en mayor medida más acompañamiento personal en los cursillos prematrimoniales. Un porcentaje significativo, el 41,9% de los encuestados, opina que al matrimonio religioso le falta preparar mejor a la pareja. Las personas más jóvenes que han contraído matrimonio religioso, los hijos de separados y divorciados y las personas con dificultades económicas son las que más piensan que el matrimonio religioso tiene que mejorar.
