En cinco grandes rasgos podemos resumir la gran figura histórica de San Juan de Ávila.
1º. Los primeros años de su vida (1499?-1526)
Su vida, como la de todo ser humano, se enmarca entre dos fechas básicas: la de su nacimiento y la de su muerte. Nació en Almodóvar del Campo (Ciudad Real) el6 de Enero de 1500 (o de 1499). Sus padres, D. Alonso de Ávila y Doña Catalina Jijón, cuidaron de su educación hasta los 14 años;
Aprendió Gramática y Latín. Posteriormente estuvo cuatro cursos en la Universidad de Salamanca, pero en 1517 se operó en él un profundo cambio espiritual; volvió a Almodóvar, donde llevó una vida de gran recogimiento; parece que incluso intentó ser fraile, aunque no llegó a profesar. De 1520 a 1526 estudió Artes (Filosofía) y Teología, preparándose así a la recepción del sacerdocio. Su primera misa la festejó dando de comer y sirviendo la comida a 12 pobres; vendió además todos sus bienes (¡y era bastante rico!) y los repartió entre los necesitados, para predicar a Cristo en pobreza y humildad.
2º. Su actividad misionera itinerante (1526-1555)
La segunda parte de su vida está caracterizada por su actividad misionera itinerante. En 1526 marchó a Sevilla con la intención de embarcarse y evangelizar en Méjico, pero un amigo sacerdote, Remando de Contreras, lo intentó convencer de que sus Indias eran Andalucía. El Arzobispo de Sevilla zanjó la cuestión, ordenándole que se quedase en España, para ejercer en ella su actividad evangelizadora.
La prueba de fuego de su vida le llegó cuando el Tribunal de la Inquisición lo encarceló, como sospechoso de herejía. Los meses que pasó en la prisión inquisitorial de Sevilla (desde el verano u otoño de 1532 a julio de 1534) fueron un tiempo de luz y gracia, que le permitió profundizar en el conocimiento del MISTERIO DE CRISTO, hasta el punto de constituir para él lo que recientemente se ha llamado su experiencia espiritual «fundante».
En 1534 se trasladó a Córdoba, diócesis a la quedó incorporado al ser nombrado beneficiado en Santaella; desde esa diócesis desarrollaría su apostolado por casi toda Andalucía y Extremadura; fue además en Córdoba donde puso los fundamentos para que lo luego se conocería como su «Escuela Sacerdotal». También Granada fue para él un campo privilegiado de actividad misional y de importantes encuentros personales. Allí convirtió, con la ayuda de Dios, a San Juan de Dios y aconsejó a San Francisco de Borja.
Otra de las muchas dimensiones de su variadísima y profunda actividad apostólica fue la creación de «colegios» o centros de enseñanza y convivencia de muy variada índole (fundó unos 20), muchos de los cuales los cedería más adelante a la recién constituida Compañía de Jesús. Destaca entre ellos la Universidad’ de Baeza.
3°. Los años de su residencia estable en Montilla (1555-1569)
Montilla ( Córdoba) fue su residencia en los últimos años de su vida, muy gastada ya por las anteriores actividades. Éstas no cesaron, aunque cambiaron parcialmente de carácter, haciéndose más profundas y reposadas. De esta época derivan la mayoría de sus cartas y, durante ella, realizó él la última revisión de sus más importantes obras. También se intensificó, durante esta época, su relación con la Compañía de Jesús, en la que él estuvo muy cerca de ingresar y hacia la que orientó a muchos de sus discípulos; sus ideales de santidad, apostolado y renovación de la Iglesia eran casi idénticos a los de San Ignacio. Hablándose una vez de la posible entrada del ya anciano y enfermo Juan de Ávila en la Compañía, Ignacio reaccionó diciendo que los jesuitas lo recibirían como al Arca del Testamento.
4°. Su muerte y sepultura, y el actual Santuario de San Juan de Ávila
San Juan de Ávila murió en nuestra ciudad de Montilla ellO de Mayo de 1569; la Marquesa de Priego le había preguntado dónde quería ser sepultado, insinuándole su deseo de que fuese en el Convento de Santa Clara, pero él respondió que en el Colegio de la Compañía de Jesús. Fue sepultado en el lateral derecha de la antigua iglesia de los Jesuitas en Montilla. Más adelante se comenzó a construir junto a ella otra iglesia mayor, que quedó sin terminar cuando, en 1767, ocurrió la expulsión de los Jesuitas de toda España y de sus dominios, por orden de Carlos 111.
117 años después, ellO de Mayo de 1944, los jesuitas volvieron a Montilla, gracias a la generosidad y desvelos del Conde de la Cortina, que compró los edificios donde antes había estado. el antiguo Colegio de la Compañía y la nueva iglesia, cuya conclusión había quedado interrumpida. El mismo Sr. Conde la terminó y decoró a sus expensas y es en ella donde hoy se conservan, desde 1949, los restos mortales de San Juan de Ávila.
5°. El reconocimiento de su santidad y de su condición de «Maestro de Evangelizadores»
En 1894 fue beatificado por el Papa León XIII.
El 2 de Julio de 1946 fue declarado por Pío XII PATRONO DEL CLERO SECULAR ESPAÑOL.
El 31 de Mayo de 1970 fue canonizado por Pablo VI.
Treinta años después, el 31 de Mayo del 2000, con motivo de cumplirse el V Centenario de su Nacimiento, se realizó en Montilla un Encuentro Homenaje de más mil sacerdotes y unos treinta obispos; en la Iglesia de Santiago, adonde había sido trasladada la Urna con sus restos, escucharon una conferencia y participaron en una concelebración. El «Mensaje al pueblo cristiano» de la Conferencia Episcopal Española, con ocasión del citado Centenario, nos dice que ésta «ha presentado al Papa Juan Pablo 11 una petición de que sea declarado DOCTOR DE LA IGLESIA UNIVERSAL», con el deseo de que «El Santo Maestro Ávila sea hoy para todo el Pueblo de Dios laicos, consagrados y sacerdotes-, como también lo fue en su tiempo, Maestro de Evangelizadores».
Parece que Benedicto XVI está muy interesado en poder declarar al Santo Maestro Juan de Ávila como Doctor Universal de la Iglesia Católica.
Santuario de San Juan de Ávila

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