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Católica y Premio Nobel: Gabriela Mistral, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC

 Católica y Premio Nobel: Gabriela Mistral, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC

Hoy Google le dedica un doodle por que hace 126 años que nació. Se preocupó mucho por la educación de la mujer desde su profesión de maestra. Tal vez por eso se la considere feminista. El problema del término es que el actual feminismo de género –que se autoproclama como único- es bastante distinto al de la igualdad o la complementariedad, seguramente más cercanos al pensamiento de Gabriela (1889-1957). Recibió el Premio Nobel de literatura en 1954.

Su nombre auténtico fue Lucila Godoy Alcayaga en Vicuña, y nació en 1889 en una pequeña población del valle de Elqui en Chile, hija de un profesor, Juan Jerónimo Godoy –que las abandonó cuando Gabriela tenía sólo tres años- y de una modista, Petronila Alcayaga. Autodidacta, educadora y poeta, recibió parte importante de su formación del periodista Bernardo Ossandon, que le permitió acceder a su biblioteca donde conoció la poesía de Federico Mistral, motivo por el que adquirió su pseudónimo. El suicidio de su novio la decidió a escribir poesía. Con el paso del tiempo fue cónsul de su país en Lisboa, Madrid, Brasil, Nápoles y Los Ángeles, y profesora visitante en varias universidades de Estados Unidos y América Latina.

Se afanó toda su vida por conseguir una educación de calidad para los niños de América latina, hasta el punto de que el dinero producido por la venta de sus libros en América del Sur, dejó estipulado en su testamenteo que debía destinarse a los niños pobres de Montegrande, Chile. Poco se va a decir de su religiosidad, plasmada en su prosa de manera inequívoca y abundante. Toda ella está accesible gratuitamente en la red http://www.gabrielamistral.uchile.cl/prosaframe.html . En su escrito “EL SENTIDO RELIGIOSO DE LA VIDA” dice: “Religiosidad es buscar en esa naturaleza su sentido oculto y acabar llamándola al escenario maravilloso trazado por Dios para que en él trabaje nuestra alma. Respecto del cuerpo, religiosidad es vivir sacudiendo su dominio y una vez domado, hacerlo el puro instrumento siervo, que debe trabajar para el espíritu, que es su única razón de ser. No sólo los cielos, la tierra y la carne que la puebla, son esa escritura de Dios de que habla Salomón… Nos dividimos, hombres y mujeres, en religiosos y a-religiosos (no quiero nombrar a los otros). El hombre a-religioso es el hombre frívolo …Estupenda frivolidad es el materialismo que se cree sin embargo, hijo de la observación y la ciencia”.

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A la Biblia, que ella llamaba el Santo Libro, achacaba en buena parte la inspiración de su vocación literaria: “Mi contacto con la lírica judía, que había de ser la lírica de mi nutrimiento, lo hizo, cuando yo tenía 10 años, mi abuela, doña Isabel Villanueva” ¿cómo? Leyendo la Biblia delante de ella ( Luis Vargas Saavedra Prosa religiosa de Gabriela Mistral. Santiago de Chile: Editorial Andrés Bello; 1978).

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